Producciones "La Vieja Escuela" Presentan:

domingo, 28 de junio de 2020

Tierra mía.




Tierra Mía es un documental del muy reconocido y experimentado documentalista Pedro González-Rubio, del año 2018 (año en el que realizó también el muy interesante y poco conocido documental Antígona), del que si bien, uno no puede decir con toda certeza que este sea un documental que busca conectar con el lado sentimental del espectador, no demerita la gran calidad y el buen argumento que se desarrolla en él. En pocas palabras, más allá de lo que busca ser el documental en el espectador que encuentra a su paso (porque todos lo que vean este documental seguro caerán en su propósito) no quiere decir que este no sea bueno, porque lo es; y de manera muy sobresaliente.


El documental empieza en un completo estado onírico, y narrado en náhuatl, que nos lleva por un pasaje cual viaje por las riquezas que tiene nuestro país. Luego de eso, nos muestra a un padre con su hija haciendo por su cuenta otro viaje en busca de algo, esto ya en el plano real; y de ahí se nos sumerge a otro viaje que involucra y nos lleva por varios puntos del estado de Puebla, desde comunidades pequeñas hasta la ciudad, documentando a varios grupos de gente y sus costumbres, sus oficios y sus creencias, una riqueza de la que no siempre somos partícipes, que creemos tan lejana y que pertenece a nuestras raíces; raíces que creemos perdidas por tantas formas de colonización que han sido impuestas de manera "natural" a nuestros ojos.


Quizá la mejor manera de empezar a escribir sobre este documental sería diciendo que para mi lo mejor de este estupendo documental es sin lugar a dudas su conjunto, ver esta clase de trabajos es un privilegio, un agasajo (y una especie de fortuna y suerte), no sólo por la joya que resulta ser visualmente, aunque no llegue al lirismo visual y poético al que el mismo director llegó con Alamar, pero sin lugar a dudas es una verdadera maravilla y un encuentro fortuito con un trabajo que sin quizá el tesón de su director, esto habría quedado en un cajón, sin realización.

Otra de las razones por las cuales este documental es por demás valioso, es que mucha de la belleza de su argumento reside en la conexión inconexa de la historias, pareciera que no hay nada que las una, y así es, no debe de haber un camino dictado en la linea argumental, cada historia es tan rica y tan única que uno no debe buscar más que la belleza obtenida de ver la vida de un ser que ama su tierra, el lugar donde vive, y aquí la cámara y el trabajo del documentalista es más que importante, por un lado, porque se debe notar su trabajo de grabar en los momentos apropiados, pero también se debe notar el respiro que se le da al ser observado. Vemos a las personas realizar sus actividades sin ver en ningún momento a la cámara, y los vemos hablar sin tapujo alguno, en palabras simples; vemos el registro que hace una cámara presente pero invisible. Y en este punto también se le debe reconocer el trabajo al director, ya que así como documenta de cerca momentos medulares, íntimos y tan llenos de riqueza de estas personas tan comunes; también sabe tomar su distancia cuando debe de hacerlo, pero sin motivo alguno, o para enriquecer al argumento, y mucho menos de una manera manipuladora o tramposa, lo vemos tomar su distancia con todo lo que esto representa, mirar de lejos, sin escuchar nada, sólo viendo las simples acciones de estas personas comunes a lo lejos. El documental es una suerte y especie de vouyerismo a la vida pasible, amena, hermosa y común de la gente de provincia.

En el documental también vemos de manera muy fidedigna la tradición de las familias mexicanas que no se pierde con el paso de los años, y esta es la jerárquica figura de las matriarcas, como el evento en el que nos hace partícipes el director de uno de estos grupos de gente que se documentan, en el cual esta figura de autoridad dice a las más jóvenes de la familia que deben aprender a cocinar como ella porque no les va a durar toda la vida.

La figura del director en el documental en sí es evidente en dos puntos, por dos circunstancias muy precisas. La primera, es como lo mencionaba en un principio, la belleza visual que resulta ser el documental, vemos una puesta muy limpia, pero que no es artificial ni mucho menos "artificiosa", sino que vemos que, incluso en sus escasos movimientos, hay un patrón casi se podría decir en la misma proporción tanto armonioso como armonioso, y su atino y buen ojo para tomar las cosas de manera tan atinada, y digna, se debe sobretodo al hecho de que Pedro es un cinefógrafo de profesión, de modo de lo que yo pueda apuntar sobre esto, está de más. La segunda, es el hecho de que, si bien el director nació en Bruselas, Bélgica (al igual que Julio Cortázar), vivió un tiempo en Puebla, de modo que este documental se vuelve de manera muy directa, honesta, y clara; una carta de amor a este estado, a su tierra, a su comida, pero sobre todas las cosas; a su gente.

Para mi quizá la única conexión que tiene este documental con sus otros trabajos, como en Alamar, es mostrar el hecho de la búsqueda de personas tratando de heredar a otras personas, más jóvenes que ellos, el amor por ciertas cosas, valores, costumbres, pero sobretodo; el amor por la tierra, como la figura de este padre y su hija al principio del documental (como en el caso de Alamar, que sólo se centraba en la relación de este padre-hijo que estaba apunto de irse a otro país y que la figura del padre no quería que olvidara sus raíces) que al final sabemos cual era el destino de su viaje, un viaje que involucraba una herencia milenaria que ahora sería pasada a una generación más. El documental acaba donde empieza.

No está de más decirlo, como ya lo comenté justo al principio de estas palabras, que este maravilloso documental resulta ser un bellísimo viaje en el que nos adentramos durante 74 minutos, y del cual es inevitable salir feliz, y en automático, tener la certeza de haber visto uno de los mejores documentales realizados en los últimos dos años, que busca conectar con el lado más sensible del espectador desde la historia misma, y no a base una tramposa y "armada" puesta.



viernes, 26 de junio de 2020

jueves, 25 de junio de 2020

Mujer, por el amor de dios; no me deje así.


quedé
enredado en la pendiente de
un juego emocional

tal vez,
[tú]
puedas tener[me]
un poco de piedad
...
¿Por qué tanto placer en verme así?





Agridulce canapé
gesto involuntario
un pequeño decimal
fue lo que hizo el cambio
en el instante preciso
la diminuta grandeza
de una molécula preciosa
fue lo que hizo la diferencia para los dos . . . .


Leto, de Kirill Serebrennikov.


Leto es una película del año 2018 que tuvo su estreno mundial en el Festival de Cannes de dicho año, dentro de la selección oficial para competir por la Palma de Oro, esa edición que para muchos ha sido de las más significativas en lo que va del siglo, por la aparición de películas como "Shoplifters", "Cold war", "Le livre d'imágenes", "Three faces", "Burning", "Long day's journey into night", entre muchas otras. Incluso, como sucedió con muchas películas en dicha edición, un sector de la crítica que no estuvo tan entusiasmada con la elección de la Palma de Oro para Kore-eda, mencionó que la verdadera "Palma de Oro" era la película del ruso Kirill Serebrennikov, quien no pudo asistir al festival al haber sido arrestado y llevado a prisión por supuesta malversión de fondos en Rusia.


La película narra la historia de la escena del rock en Leningrado a principios de los ochenta, una escena que, aunque tenía cierta fachada de clandestinidad, era permitida y vigilada para no mostrar actitudes e ideas "nocivas" para la sociedad. Dicho movimiento en gran medida era liderado por Mayk, que a su vez era motivado por su hermosa novia Natasha. De repente, cual viento cambiante entre década y década, el rock que él y la mayoría de la gente que lo rodea escucha, empieza un nuevo ciclo, Mayk ve que ese nuevo ciclo puede incluir una figura sovietica, ya no con él como portavoz, sino en la figura de Viktor: el vago con influencias New Wave y que compone letras cual Dylan sobre su reprimida generación en la sociedad que les tocó vivir. La figura de Viktor también viene a mover el núcleo familiar de Mayk y Natasha, creándose un triangulo amoroso muy lejos de las convencionalismos hollywoodenses y pretenciosas formas de la Europa occidental. Todo esto es narrado mientras un personaje nos saca de la historia propia, -que no es más que una biografía narrada muy libremente del director (según los comentarios de varios especialistas y exponentes de este mundo)-, para que, al son de los Talkin' Heads, Iggy Pop, Lou Reed y David Bowie, nos narre cómo debieron haber sido ciertas cosas, de haber estado en un país muy diferente a como lo era la URSS. Pero de haber sido así: ¿la película tendría el mismo encanto que tiene?


La película tiene un grado de notoriedad por muchas razones, de las cuales destacan en materia técnico/narrativa el hecho de utilizar una fotografía en blanco y negro (muy parecida a la manera en que se expone en Roma) para acentuar la presencia de un pasado que ya sea en una medida más o menos honesta (eso lo determinará cada uno como espectador en la medida de sus conocimientos), nos está contando una historia verdadera. En contrapunto a este elemento, se nos muestra parte del material de archivo recreado de los personajes siendo filmados por un personaje que todo el tiempo está con ellos con cámara en mano, esto fragmentos se nos presentan como una especie de "material de álbum" (incluso con cierto aspecto de material de archivo o de making of) con animaciones de las letras de sus canciones, secuencias muy dinámicas que se integran y fluyen con uno de los propósitos de la película, que es el mostrar el hambre de estos jóvenes por más libertad creativa, y libertad en general. La animación expuesta de esta forma también está en los números musicales que protagoniza este personaje anárquico que vendría a representar la voz del director, y a mi me parece que en la osada propuesta arriesga mucho de lo que la película querría exponer en sí, pero sale por demás bien librada, son precisamente estas delirantes secuencias las que narran su necesidad de cambio, los sueños materializados de lo que ellos hubieran querido hacer de no ser tan reprendidos, se ve lo que logran crear con lo poco que se les era permitido, aún así tuvieran que exponerse a uno que otro castigo, que nunca se ven en si en la película, y quizá de ahí algunas de las críticas negativas que el filme recibió.

Los planos a los que recurre gran parte del metraje, enfocan a la presencia general y da énfasis a la profundidad de campo, ya sea en espacios vacíos o llenos de gente, los que bien podrían simbolizar la necesidad de libertad de los personajes. Hay una pieza musical en particular que los acompaña la mayoría de las veces que es muy armoniosa y que detona en gran medida una nostalgia por el pasado a los que de alguna manera pertenecimos a una escena muy similar.

Dentro de todos los contextos que la película expone, a través de los conceptos que desarrolla, algunos de manera completa y formidable, otros como meros elementos determinantes para poner tensión y atención en los primeros, a mi me parece se desarrolla uno en el que al menos yo conecté y me enganché, y por el cual para mi la película tiene su mayor valía en un arte cinematográfico cada vez más corrompido. Este elemento es el personaje de Mayk, por mucho el más completo y más complejo.

En Mayk se encarna (en este punto debo decir que, no sólo Roman Bilyk, que es quien interpreta al personaje [y que tiene un parecido extraordinario al regiomontano Chetes] sino que todos los actores hacen un trabajo impecable), no sólo la figura del líder rockero al que estamos habituados, sin estar entregado al vicio, a las mujeres, al efímero momento de gloria como se nos presentan las grandes figuras del rock de las décadas finales del siglo pasado (ni siquiera hay que mencionar estas figuras, todos las conocemos); sino que siendo esa figura, y con ese peso para su -si ustedes quieren- muy limitada escena, lo es, y con tal peso, que su merito es que lidia con ello de una manera muy opuesta, y sin querer lo que occidente tiene en ese aspecto, aunque si habla todo el tiempo de poder tener una escena como en occidente, pero por el punto mediático del rock, que es generar conciencia entre las masas y tratar de cantar lirismos de paz y libertad entre los jóvenes. Partiendo de ahí me parece que en este punto radica mucho del encanto de la película, si bien tiene una mirada un tanto melancólica y nostálgica, no es una copia de las actitudes occidentales como tal, estos son personajes que admiraban la música hecha por los ingleses, por lo cual eran atacados y acusados por los hombres mayores de su país, al grado de tacharlos de traidores, pero en ningún momento se nos presentan como copias de personajes inspirados en cantantes de rock. Mayk es un hombre estable que tiene un hijo, vive con sus padres (este fenómeno no se muestra sólo en él, también se presenta en el productor que hace las grabaciones de él y sus amigos, lo cual nos hace deducir mucho de lo que era ser un joven en ese tiempo en Leningrado), trabaja mientras no deja morir su sueño, entonces cuando se presenta la figura de Viktor, y este deslumbra a Natasha (Irina Starshenbaum, la actriz que interpreta al personaje, tiene un gran parecido a la actriz norteamericana Mary Elizabeth Windstead), él comprende perfectamente que si por algo se da este deslumbramiento, es porque quizá para Natasha es la figura del hombre que fue Mayk, y de lo que podría haber sido Mayk de tener esa edad en esos recién empezados ochenta. A partir de entonces, Mayk lucha, hace y da todo lo que esté en sus manos para que Viktor logre el sueño no sólo de Viktor como tal, sino de toda una generación detrás de él, (incluso interponiendo su sueños al saber que por la edad, su estatus sentimental, o simplemente porque sabía que no podía aportar algo más que otros ya hubieran aportado, aun con el talento que tenía, y que no era más que siete años mayor que Viktor) esa generación que soñaba con conciertos como los de David Bowie, y no sólo en el sentido de ellos ser la figura de Bowie para los jóvenes de su país, sino de ser también ese espectador disfrutando de esos conciertos. Vemos en la figura de ellos tres, pero más en la de Mayk, la figura del soñador que destina mucho de su miserable sueldo, para invertirlo en lo que él amaba, y su novia amaba, para al final, si bien no ver que su sueño culminara como el quería (creo que esa es la lectura que se puede dar del final, y habrá quien esté en desacuerdo), si entrega su vida a algo en lo que él creía, algo que hizo con buenas intenciones, y que al final es retribuido de la forma que él esperaba. De cierto modo, el personaje de Mayk también interpreta la figura del hermano que se sacrifica para que su hermano menor cumpla el sueño de ambos (a pesar de la figura arrogante que por momentos presenta Viktor, que en este caso representaría la figura del hermano menor, el protegido) como lo hizo John Carney en Sing Street.

Leto se convierte así en un canto al verano, al rock, al amor, a la juventud, a la libertad, a la música como escape; un canto a los sueños que no se abandonan. Y eso en automático, en la honestidad que representa dentro de la obra misma, la hace una de las mejores películas del género en lo que va del siglo.



miércoles, 24 de junio de 2020

....


-Lupita. -Le decía él y sonreía al ver como ella volteaba a verlo en el acto. Siempre mirándola con esos ojos embobecidos cada vez que tenía el gusto de volver a toparse con esa amiga suya, cada vez que sus itinerarios ocupadísimos los hacían "coincidir" en alguna ciudad próxima al lugar donde vivían.
-¿Sí? -Respondía ella, se le denotaba un poco de impaciencia cada vez que él la llamaba por su nombre, sabía que un comentario con cierta tonalidad de confesión le esperaba, aún con eso, y la ansiedad que le generaba; le gustaba mucho escuchar esas "historias". Ambos se trataban con cierta parsimonia, con un grado de respeto muy significativo, cual seres habitantes en algún poema de Benedetti, como si fueran maestre y contramaestre, aunque en este caso, sería difícil determinar quien era quien.
-Anoche la soñé.
-¿En serio?
-Si.
-Cuénteme sobre eso.
-No fue muy especial. Quiero decir, si lo fue; pero no por la forma en que muchos dirían que un sueño es especial. No sé si me entienda.
-Creo que si. Lo que trata usted de decirme, según puedo apreciar; es que soñó conmigo, pero sin ninguna connotación sexual, o sentimental.
-Exactamente. Eso. Bueno, aunque eso de la connotación sentimental no estoy muy seguro. Pero déjeme le explico, no me mire usted así con esos ojos que voy a creer que le emociona saber eso.
-Yo no lo estoy mirando de ninguna manera -dijo ella mientras se le ruborizaba la cara, horas más tarde culparía de eso al vino blanco que había bebido-. Pero por favor, prosiga.
-Estábamos en su casa.
-¿Ahora estábamos en la mía? Recuerdo que la última vez estábamos en la suya.
-Si. ¿Me deja terminar?
-Perdón, si. Disculpe usted, prosiga.
-Entonces estábamos allí. Como suele suceder en todos los sueños, no sé cómo es que llegamos a este lugar, la cuestión es que estábamos y hablábamos sobre un proyecto en conjunto. Veíamos las fotos de su último viaje a Italia y me contaba del accidente que había tenido en la carretera. Usted quería que yo pintara algunas de esas fotos, pero con meticulosas indicaciones suyas, y por supuesto, cada una de ellas se utilizaría en el libro sobre su viaje, si yo las acataba al pie de la letra. Lo cuál...
-...Ya sé. Usted me decía que eso era imposible porque a un artista no se le puede interponer una mirada ajena que no sea la de él, aunque su obra sea una adaptación de una base original. La mente de cada persona ve cosas diferentes, y seguro me mencionaría la historia de usted y su hermana cuando siendo niños su mamá los puso a contemplar el árbol que tenían en el patio de su casa y diez minutos después les pidió que dibujaran lo que habían visto en él.
-En realidad no le iba a decir eso. Aunque me halaga mucho que recuerde usted esa historia.
-Y cómo no iba a recordarla, si usted la cuenta a la menor provocación en las reuniones que asiste a las galerías, allí es donde la he escuchado en repetidas ocasiones, cuando vivíamos en la misma ciudad.
-Él adopta una actitud seria, observa su copa de vino, ya no prueba bocado de comida. Ella lo mira con cierta ternura, como si viera al niño de la historia. Él voltea a verla y percibe el sentimiento que esconde esa sonrisa en ella. Entonces él le dice:
-La verdad Lupita, es que yo en el sueño le decía que me encantaría trabajar con usted, y eso se lo decía por dos cosas en particular. La primera, por el privilegio que sería poder estar cerca de usted un buen lapso de tiempo, como en aquellos meses en la costa, como en ese momento del sueño en el que estábamos tan cerca sentados en ese viejo sillón café suyo que tanto me gusta. Quizá no debería de decir esto pero, llevaba puesto ese vestido gris que llevaba el día en que conocimos.
-Eso fue hace diez años señor...
-¿Y me va a decir que ya no lo tiene? -Él la mira fijamente de la forma en que a las mujeres les da pavor que un hombre las vea porque se saben perdidas ante un descubrimiento que era uno de los secretos que creían mejor guardado de su existencia-. Y la segunda razón por la que le decía que sí, era por la sencillísima razón de que yo nunca le diría que no a ese par de hermosos ojos suyos, y el brillo que desprenden cuando me ven como si estuviera loco, o como si siguiera siendo un escuincle a pesar de las arrugas y las canas. Y ya entrados en confianza, le daré una tercera razón: no hay mirada que yo sienta más próxima y parecida a la mía, que la mirada suya.

_____________________________________________________________
Y nada más. Anoche soñé con usted. De hecho, he soñado con usted dos noches seguidas.

martes, 16 de junio de 2020

Eric Rohmer y la música en el cine.


La obsesión por la veracidad convierte a Rohmer, como no podía ser menos, en un militante del sonido directo. Convencido, además, de que la música sólo puede contribuir a enmascarar los sonidos, ruidos y ambientes de la naturaleza y de la realidad, en sus films (y salvo excepciones muy concretas) no existe música alguna que no salga de fuentes emisoras identificable; es decir, no existe música ambiental, de apoyo o de referencia. En busca de una respiración sonora particular en armonía con el resto de los componentes de cada película (incluso con el timbre y con la forma de pronunciación de sus actores), Rohmer lucha para no aseptizar los espacios acústicos, ya que en su opinión, <<los defectos de sonido (...) pueden acentuar la impresión de verdad>>.

La preocupación por la pureza y la verdad de las voces, o de los fondos sonoros de cada ambiente concreto, le ha llevado a extremos completamente inusuales: los cantos en latin de Perceval se grabaron en directo después de un año de ensayos, puesto que no admitía la utilización del play-back. Asimismo, tras las imágenes de El amigo de mi amiga, pero sin llegar a escucharse realmente, existen algunos minutos de partitura que Rohmer encargó deliberadamente: <<está detrás de la gente y no se le presta atención, pero si no hubiese estado esta música, parecería triste>>.

Donde si incurrió a la manipulación artificial fue en la secuencia onírica de El amor después del mediodía, ya que en este caso era necesario acentuar la sensación de irrealidad: se constituyeron las voces en directo por otras grabaciones de estudio y se eliminaron, al mismo tiempo, los ruidos del tráfico. El caso de La hora azul, dentro de Cuatro aventuras... es diferente, porque allí se requería la intervención del laboratorio para <<inventar el silencio>>, ante la imposibilidad de grabarlo directamente al final de la noche. Finalmente, la excepción más significativa se encuentra en El rayo verde, donde Rohmer incorpora una pequeña partitura adicional a la banda sonora para reforzar la intensidad de tres breves momentos: una opción que en cierto modo contradice sus teorías sobre el particular y que puede ser un indicio (junto a la introducción de un par de panorámicas subjetivas en Cuento de primavera) de una mayor flexibilidad por parte del director en sus últimos trabajos.

domingo, 14 de junio de 2020

Ya no estoy aquí: el duro éxodo de resistir.




¿Tiene alguna diferencia ver una película en su estreno a verla después de este? Yo creo que sí. Ahora: ¿tiene alguna diferencia ver una película cuando está en boca de todos y verla después? También.

De hace algunos años atrás a la fecha, cuando se trata de alguna película que se espera con muchas expectativas, o que se está comentando mucho sobre ella, tanto por gente especializada como de la opinión general; suelo poner distancia de tiempo apropiada para poder verla, además de eludir a cualquier clase de lectura sobre está. ¿La razón? Para poder verla sin ninguna predisposición ideológica por muy acertada o errónea que esta sea, así puedo expresar con la mayor objetividad posible lo que la obra cinematográfica me pareció en su contexto general. Y si bien, también se puede dar una lectura a raíz de los comentarios encontrados que se pueden dar de cierta películas de acuerdo a lo que sus espectadores aprecian en ella, como bien podría ser el caso de esta película; creo que hay una predisposición de mucha gente de inferir sus opiniones basadas en las opiniones generalizadas de personas más "influyentes" replicando palabras (lo cual no es mi caso), sin realmente poner atención en los diferentes temas que una obra puede estar poniendo en escena.


La propuesta de Fernando Frías de la Parra viene desde el minuto uno, y cabe además señalar que es muy arriesgada, no desde la parte estética que tiene, donde quizá sea la parte en que la mayoría de las audiencias la celebrará (y como no hacerlo, estamos ante uno de los trabajos mejores realizados por el muy destacado Damián García [ojo: que no se le confunda con el aún más talentoso Diego García], con una composición en cada uno de los encuadres y secuencias en la película por demás envidiables) sino por la parte narrativa. Entrelaza la temporalidad del tiempo de una manera lógica, si bien muchas películas juegan con estas concepciones del tiempo, y lo hacen para resaltar ciertos aspectos de la trama, la elocuencia atinada por parte de Frías es que no hay un marco que ancle la forma en que el tiempo se entrelaza, vemos en un principio de la película, luego de una despedida, que representa el fin de la vida que tenía Ulises en México, se nos muestra al personaje ya en Nueva York, viviendo y afrontando la "consecuencia" de sus "actos", los cuales aún son desconocidos para nosotros (y con nosotros, me refiero a los que no sabíamos nada de la película hasta verla. Por muy difícil que eso suene creíble, aún existen personas que vamos al cine a ver películas sin siquiera ver sus adelantos), acto seguido, con una secuencia por demás limpia, que de cierta manera nos recuerda a la brasileña Ciudad de dios, de Ulises yendo a la tienda por un refresco, en el cual se nos muestra en una escena previa, una fiesta en la que ya identificamos su entorno no solamente social, sino cultural, de ahí la película se nos va presentando, por sobre todas las cosas que representa en el plano general, la incipiente lucha de Ulises por conservar esa presencia cultural en su vida (que no es otra cosa que la defensa ideológica de un joven en desarrollo), contra las pericias de la herencia del entorno en que se vive, contra el racismo por parte de los "suyos" en un país extranjero, contra la nostalgia, y contra la opresión generada por un estado fallido.


Una de las dos cosas que llegué a leer sobre esta película en las redes sociales (Además de la muy comentada hecha por Guillermo del Toro, la segunda la mencionaré al final) fue el titular de una nota (no recuerdo de qué medio era) en la que se le comparaba con la producción norteamericana Sangre por sangre (Taylor Hackford, 1993), y aunque se pudiera entender el por qué se le puede tomar como referencia de una manera mediática, la única cosa que las une es en el sentido de la influencia de una manifestación creada en un país en base a un movimiento cultural iniciado en otro (como lo es la cumbia [Colombia-México] y los chicanos [México-E.U.]), pero en realidad no pasa de ahí la identificación de ambas, quien quiera unirlas en otros puntos, me parece no habría manera.

Hay escenas que podrían trastocar el reflejo de un mal que se muestra de manera muy fidedigna de lo que pasa en las calles de las partes más marginadas de las ciudades de nuestro país, ya estemos hablando de las grandes urbes (como es el caso de la película), o de pequeñas ciudades provincia. Podríamos partir desde la falta de espacios para los jóvenes para desarrollar sus inquietudes culturales, jóvenes que por este motivo tienen que buscar lugares recónditos donde son aún más vulnerables a males mayores, y con esto me refiero a la herencia de lo que la delincuencia y la corrupción en las fuerzas judiciales han ido dejando, prácticamente vemos en los Terkos la generación que hereda a un barrio ya con veneno. Hay una escena muy poderosa en la que Ulises platica con el pelón, en esta el pelón se sincera con él diciéndole que ojalá hubiera tenido un amigo como Ulises cuando era chico para que lo cuidara como él lo hace con sus terkos, acto seguido hablan sobre el hermano muerto de Ulises, por el que parece ser, le tienen estima y respeto. Pero vemos más adelante, en una secuencia que me parece sublime, y que se vuelve a repetir más delante en la película, no la escena en si, sino la manera en que narran a través de la oscuridad en el entorno (la segunda escena que menciono es la de Ulises perdiendo su identidad, la cual es muy parecida, por lo que representa y evoca, a la escena del chemo de un Miguel solitario de Te prometo anarquía), luego de que Ulises y dos de su pandilla son atracados por un joven que los amenaza por pedir dinero afuera de una escuela, llegan a su guarida y ya los esperan el pelón y su gente, y éste les dice que antes que ser terkos, son pelones. Vemos como sin siquiera tener alternativa de elegir, ya fueron absorbidos, sólo por el simple hecho de nacer en el lugar que nacieron, parte de este sistema que los vulnera. Y más delante, como se nos presenta en la película, estos jóvenes, que sólo buscaban la amistad y la convivencia a través del estilo de vida que habían elegido, la crisis dictada por un sistema fallido y la poca seguridad que se les brinda, en consecuencia les da tres destinos, ya sea que sean por elección, o porque las causalidades así lo dictan: la muerte, huir para salvar la vida, o hacerse parte de los contras, una lógica que está por demás representada en Naranja mecánica de Stanley Kubrick, donde los contras son tanto como las pandillas rivales (tal cual el caso de Sangre por sangre), como la policía.

La terquedad de Ulises radica en que siempre defiende su estilo de vida, le cuesta tener que dejar el lugar donde vive, dos veces; le cuenta tener que valerse por sí mismo en un lugar en el que la barrera lingüística quizá sea su menor problema (y en donde lo vemos caer en los vicios que dicta la vida solitaria de un inmigrante ilegal en Estados Unidos como lo son el alcoholismo y la drogadicción), le cuesta burlas de sus paisanos que lo discriminan por su aspecto y su color de piel (la escena de la fila del baño en la fiesta es un claro ejemplo), pero Ulises, aunque en cierto punto sabe que ya no puede ser el mismo chico que fue antes, en ese pasado que él ve con distancia lleno de cariño y nostalgia, no deja esa cultura que vive dentro de él, y esa es la síntesis al final de la película: una vez que lo regresan a Monterrey y mira la realidad que sus viejos amigos vivieron en su ausencia, va a la guarida, y al quitarse los audífonos que guardan esa cultura que él defendió con sacrificio, dejando su libertad de lado; escucha la cruda realidad del lugar donde vive.


El segundo comentario que leí fue una publicación que estuvo circulando mucho en Twitter, la cual es la siguiente:


Lo único que puedo decir al respecto, con palabras de Julio Cortázar además, es que seguramente esta opinión fue hecha por un fama, una persona cuyo único valor en la vida es medido en base a posesión, a cosas materiales, y no en cuestión de experiencia de vida. Además, creo que es muy simplista decir que no hay moraleja en esta película, quizá esta persona crea que películas como las comedias mexicanas si nos representan perfectamente, y sino, al menos será una persona muy privilegiada o muy joven, que no entiende el contexto social, a raíz de la mala política efectuada hace más de 8 años que azotó con una violencia desmedida a la mayoría de ciudades de nuestro país, sobretodo a las de la frontera del norte, que detonó en la extinción de varias libertades, de vivir sin miedo, de varios espacios culturales y formas de expresión entre los jóvenes como la Kolombia, hoy día prácticamente extinta. Y tocado el punto de Colombia, a muchos les hará mucho ruido la presencia de las figuras multiculturales con las que Ulises se encuentra en Nueva York, lo único que puedo comentar al respecto es que como pudieron haber sido esas las representaciones, pudieron haber sido otras, si esto estaban mirando mientras seguía la trama de la película, su visión estaba puesta en el sitio equivocado.


viernes, 12 de junio de 2020

Right now, wrong then: el sutil arte de un magnánimo director.




Antes de empezar a escribir este texto, mi idea era escribir sobre la película mencionada en el título, pero una vez que meditaba sobre lo que escribiría con ciernes en esta publicación, me di cuenta que basándome en ella, bien lo podría utilizar para profundizar aún más en la filmografía del que seguro es uno de los directores surcoreanos más importantes de lo que va del siglo. En el caso particular de su servidor, para mí es el más importante, por encima de los muy mediáticos y galardonados Park Chan-wook y Bong Joon-ho (que aunque si a esas vamos, el cineasta a comentar tiene más galardones en diferentes festivales del mundo de la serie A hasta la C), por supuesto que me refiero a Hong Sang-soo.

Hong Sang-soo bien podría ser una especie de Woody Allen coreano, no por los temas ni las formas que emplea en su cine, sino por lo prolífero que es desde que está en activo en este arte, pues en los 24 años que tiene en el mundo del cine, ha realizado 26 trabajos audiovisuales. Y si bien, no hace categóricamente una película por año como Woody Allen, hay años en los que hace hasta tres película en uno, de ahí que quiero partir de un año en particular que es clave para que por fin el cine del coreano sea más visible de las grandezas que el circuito de festivales le ha dado: el 2017.

En el año 2017 estrena tres películas de gran maestría, tanto por su discurso, su forma y su simpleza, justo en este orden las películas son: On the beach at night alone, The after day y La cámara de Claire. Esta última bastante peculiar su realización, ya que Sang-soo, sólo con su cámara, con su actriz recurrente, la bella Kim Min-hee, y la experiemntada y muy fan del director coreano, Isabelle Huppert; graba esta película en Cannes, mientras un año atrás presentaba su película Yourself and yours (que de hecho sale en la película como parte de la promoción que se le está haciendo a la película) en un tiempo titánico de cinco días.

El cine del coreano tiene inequívocos signos y sellos de un autor nato, que su arte reside tanto en temas, formas de construcción de un poderoso relato, e inquietudes siempre presentes en el discurso de sus películas. Con esto -como suelo explicarlo cuando hablo de un cineasta fuera de la concepción comercial y normal en las películas norteamericanas- no quiero decir que todas sus películas sean iguales o traten de lo mismo, el arte de ver el cine de Sang-soo es determinar los puntos entre si, en base a pequeñas diferencias en estas, ver por ejemplo que si bien todas sus películas hablando en su puesta son en más de un sentido económicos y minimalistas, desde el cast que conforman no sólo cada escena, sino la película en si (una de las tantas cosas por las que a este cineasta se le considera un alumno destacado de la escuela creada por Bresson y Rohmer por la objetividad y realismo en su cine), como estas giran en planos muy largos con apenas minúsculos movimientos de cámara, con la presencia del zoom para puntualizar en picos dramáticos de los discursos de sus personajes que son tan poderosos en sus expresiones como en los diálogos y la intensidad en estos. Pero vemos por ejemplo que en The after day, la historia en blanco y negro (con rasgos muy similares al cine de Philippe Garrel) de un editor que tiene una relación fuera del matrimonio con su secretaria, quien lo deja y después la vacante es ocupada por una chica que es aspirante a escritora y que recién empieza a trabajar, la esposa del editor arremete contra ella pensando que ella era la amante de su marido, vemos en esta película otro sello en la filmografía del director que corresponde más a la narrativa que a la puesta en escena: la elipsis del tiempo conjugado. En más de una de sus películas podemos ver el constante juego y cambio entre el pasado, el presente y el futuro (como también lo hace en la muy romheriana La cámara de Claire, historia de una chica que es despedida por meterse con un director de cine, que es el esposo de su jefa, y que se queda en Cannes a deambular por sus calles en lo que puede tomar su avión de regreso a Seul, hasta que se encuentra a Claire, que con su cámara, parece arreglar todo. Y en esta película si bien no hay saltos tan drásticos en el tiempo de meses o de días, como en On the beach at night alone, si son presentes, y además definidos, de horas y sucesos), algo que permite y obliga al espectador a no permanecer pasivo e involucrarse aún más con los enredos no sólo de los personajes y sus emociones, sino también con en entendimiento de la historia y su posición en el tiempo.




El arte y la finesa de Hong Sang-soo llega a un tope más que insuperable en Right now, wrong then, ya que pone su postura de realizador en escena, y de alguna manera somos participes de un juego en el cual no sabemos que postura debemos tomar, si la del asombro o la de la indignación, ¿por qué digo esto? Porque en esta película Sang-soo nos dice a la cara: "vean como los estoy <<engañando>> vean cómo entran en mi juego". Ya sea que se lo tomen a bien o a mal, para mí es un verdadero asombro.

La película está compuesta por la historia de un director de cine independiente que llega un día antes a la ciudad en la que va a presentar su más reciente película, mientras deambula por el lugar, llega a un templo y se encuentra con una joven que busca su lugar en el mundo a través de la pintura a la que luego de revelarle su identidad, la invita a tomar un café. Este hombre, que en un principio se presenta a si mismo como una persona que busca poder estar con una mujer, hace todo lo posible para que esa mujer sea esta joven, aún cuando su asistente de dirección está enamorada de él. Es así que vemos como éste par pasa todo el día juntos, él hace todo para estar con ella, incluso mentirle sobre lo que opina de sus pinturas, los vemos platicar, beber, embriagarse, al final de la noche van con unos amigos de ella y es aquí que las cosas terminan mal luego de que resaltan a la luz verdades y detalles que el director había ocultado a la chica sobre su vida. Al día siguiente, él con una resaca de lo bebido el día anterior, desquita su frustración con los espectadores de su película (en una escena muy similar a la del discurso del escritor en Anomalisa), esa es la primera parte de la película, en la segunda mitad es donde viene la magia del artista, el engaño al que nos veremos sometidos.

La segunda parte de la película es exactamente lo mismo, sólo con pequeñas diferencias en los diálogos, la puesta de cámara y movimientos efectuados en ella, vemos una actitud diferente en el personaje del director, y en consecuencia, una actitud diferente en la joven pintora, el engaño está en no saber que determinan a ciencia cierta estos cambios, pero aún así caer y estar absortos con la maravilla de lo que se está generando frente a nosotros, aunque en teoría estemos viendo lo mismo, sin ser lo mismo por minúsculos movimientos articulados tanto por guion y montaje. Estos pequeños cambios hacen que el cometido del personaje del director en la película se realice, quizá no del todo, pero aún así con la honestidad que presenta en la segunda versión, le da una satisfacción de una conexión real.

Hong Sang-soo en su afán de mostrar lo complejo de las relaciones humanas y mostrando como esta complejidad se hace presenta y se puede desmontar en la trivialidad y los juegos rutinarios de las pláticas, nos muestra un cine de prosa que desmantela todo discurso elevado de pretenciosidad y genera con elementos muy básicos y simples -en el buen sentido de la palabra- un cine que muy pocos realizadores en nuestro siglo, puede ostentar poder llegar con una sencillez a esos picos de sensibilidad artística, como lo hace este autor.










jueves, 11 de junio de 2020

¿Por qué te amo? Vol II


Te preguntarás: "¿Qué es esto?"
¿Un poema?
¿Una carta?
¿Una confesión?
¿Una despedida?

Eso te corresponde a ti responderlo. Mi asignatura en este punto es la de juez, fiscal y abogado, tengo total imparcialidad en lo que a tu sentir y pensar respecta, pero como dijera mi dios Benedetti: "ojalá pienses un poco en mí"

Si tu primera impresión, y en esto debo de ser además de franco, bien directo; es que la anterior pregunta, y la respuesta formulada en aquel entonces, no está en el olvido, con este "segundo volumen", cual "segundo asalto" de los "Love of lesbian", no hago más que confirmar que, aunque no tienes nombre y rostro para el mundo, no dejo de recordar ese primer beso, aunque fuera sólo un juego, no dejas de ser tú, aun cuando no sabía que eras tú. Las tardes en la hamaca del patio escuchando música me hacen confirmar lo que pienso.

¿En qué pienso?
En lo que siento.
¿Qué siento?
Quizá sea un poco aventurado escribirlo, pero a estas alturas de la vida, si uno no dice (o escribe) lo que siente, lo marchita la vida:
te amo.

Quizá el que yo diga esta palabra
te asuste,
te ahuyente,
te aleje,
pero es un riesgo que todo hombre en determinado momento debe asumir, este soy yo asumiendo las consecuencias totales de este manifiesto.

Ahora, contestando la pregunta principal de este asunto, y muy distinta a la respuesta que en un pasado se dio, declararé lo siguiente:


¿Por qué te amo?
Por las inmensas ganas que tienen mis ojos de poder verte. Ahora ni siquiera está la condicionarte de que me toques. En su momento rechacé la posibilidad de tocarte, de sentirte; ahora rechazo también tu contacto hacia mí, por muy inocente que este sea, ahora sólo el deseo y mi ansiedad el poder verte aquí, es lo que me hace saber que te amo.


miércoles, 10 de junio de 2020

Their finest - Lone Scherfig - 2016


Sin profundizar mucho en la trama, o en un análisis estrictamente completo de mi parte, el distintivo de la película en cuestión de esta directora, que ha dirigido cosas interesantes como "An education" (con una Carey Mulligan más que deslumbrante, y que en su momento le valió una nominación al Oscar), o "One Day" (que para mi gusto es muy cursi y rosa, y miren que lo digo yo); es que es muy entretenida, con puntos notables que llegan a enternecer y conmover al espectador si no está con altas expectativas (como fue mi caso), no cae en los habituales y más molestos clichés de este tipo de películas, pero no puede jactarse de no caer en otro menos habituales y predecibles, pero jamás molestan en si. Los personajes principales tienen convicción y fuerza, Gemma Arterton en el papel de Clarin está más que correcta, Sam Claflin también lo hace muy bien, y Bill Nighy no podría ser más él, es el único actor al que se le permite, y yo lo permito, ser él y repetirse todo el tiempo, en la única película que lo he visto actuar es en la nefasta "Operación Valquiria", que de lo poco que funciona en esa película, es él.

Hay frases y diálogos en el guion que son muy buenos, la escena de los tres guionistas empezando a armar la historia es para mi lo mejor de la película, y no podría decir de primera mano que así es como suceden las cosas, pero si lo sé de muy buena fuente, ya que en el libro Fellini, de Hollis Alpert, se narran las dinámicas entre Fellini, Tullio Pinelli y Ennio Flaiano, y eran considerablemente similares, salvo por la excepción de que sus reuniones eran en hoteles donde los tres se iban a trabajar para no ser interrumpidos.

Por alguna razón, que no podría definir por completo, esta película me hizo recordar mucho las películas de Isabel Coixet, en concreto: a "La Librería". Quizá fue la figura de Nighy, el hecho de que el personaje de Clarin tiene ciertas similitudes con el que interpreta la también encantadora Emily Mortimer (y quizá tentando un poco al destino, el personaje de Clarin sería como el personaje de la película de Coixet si no hubiera perdido a su marido en la Segunda Guerra Mundial), o por la cuestión de la feminidad impregnada en el relato, la forma en que éste se da, y en la lucha que representa.

Esta es una de esas películas a las que me gusta llamar "6 con mucha valía".










martes, 9 de junio de 2020

Querido Pau:


Quizá hoy día tenga más sentido escribirte esto que cuando estabas con vida, siento que de alguna manera así te pueden llegar más rápido y claramente mis palabras (por muy sencillas que estas sean), o quizá sólo sea yo reconfortándome ante esta idea poco probable. Aún así acá me embarco en este ejercicio de escribirle nuevamente a un hombre que ha muerto, pero que no tengo duda de que tu ser estará de aquí a la eternidad rondando por este planeta mientras sigamos escuchando tu música.

Escribirte sobre lo que tú y tu música significaron para mí en la juventud, del salvavidas que fueron tus canciones junto con las de genios como Gustavo Cerati y Fito Páez, sería hablarte de cosas que ya están superadas, que ahora con los años y la distancia que estos marcan se ven menos importantes, menos impactantes, pero que en su momento eran muy fuertes de llevar. De alguna manera más de una de tus canciones me ayudaron a comprender y ponerle nombre a cosas que sentía y que no sabía como expresar o llamar, tus letras parecían entenderme y saber lo que sentía mejor que el mejor de los maestros, que el mejor de los amigos, que el mejor de los padres, incluso mejor que yo hoy día. En muchas formas y sentidos puedo decir que fuiste un amigo para mí. Fuiste una gran influencia para mí, tu música me inyectaba una energía, una alegría, una vitalidad, una buena vibra, que yo sé no era más que el reflejo del hombre que fuiste hasta el último día de tu vida, esa es la razón por la que tantas personas lamentamos tu partida, y que tanta gente que te conoció en vida de evidencia de las muestras de cariño que tenías hacia ellos y que ellos tenían para ti.

Esto lo escribo, y de cierta manera lo pongo en evidencia para recriminar a quienes piensan que uno no debería de sentir tristeza cuando un artista a quien uno admira muere, que cómo se puede poner uno triste por una persona que uno no conocía, para eso tengo una respuesta contundente: esos artistas son personas que nos acompañan en manera de arte, durante los años más complicados de una persona, cuando uno es adolescente y joven, y experimenta y vive muchas cosas por primera vez y que los adultos parece que olvidan demasiado rápido, de ahí que sean poco tolerantes a la hora de comprendernos o aconsejarnos, por eso se crea una conexión tan grande con los artistas que uno escucha, y más cuando son artistas como tú, cuya música tenía un mensaje muy profundo, que era la de la libertad, la de la unidad en colectivo, la del amor; valores que no estoy muy seguro de que hoy día los jóvenes encuentren en la música que escuchan.

La vida sabe que te extrañaré mucho, pero acá seguiré escuchando tu mensaje.

Adiós.



En los últimos videoclips que estuvo compartiendo en los últimos meses era más 
evidente el desgaste físico que el cáncer hizo en su cuerpo, no así en su estado
anímico y sus ganas de compartir. Lo venció una vez, cuando volvió a la música
después de parar en el 2015, nos regaló el gran "50 Palos" en aquel entonces, y
ahora nos deja casi de manera póstuma (porque lo logró presentar) "Tragas o escupes".


Muchas personas me recriminan el hecho del por qué me duele tanto la partida de Pau y la publico en mis redes sociales, y no soy capaz de mostrar indignación o publicar por las cosas que pasan alrededor del mundo y sus turbulentas olas de cambio. La respuesta está en que por supuesto que me indigna y me duele todo lo que ha estado pasando en los últimos meses, muertes de personas vulnerables y de médicos a raíz de la enfermedad que azota a todo el mundo, los problemas raciales que viven diario miles de personas y que por fin están luchando por una visibilidad de estos problemas que se deben erradicar, y demás. Si esto no lo visibilizo y lo hago público es porque muy poco va a ayudar a estos movimientos compartirlo en las redes, sumarme a una falacia como lo es el de ser un "activista social de las redes", cuando en cambio se pueden hacer cambios pequeños en el día a día, pero la muerte de Pau,y como la reciento en mi persona, es una cuestión personal, y por eso lo hago público.


viernes, 5 de junio de 2020

Cortometrajes en cuarentena.


Últimamente me es muy difícil escribir o hacer un análisis a cierta película, documental, o incluso cualquier trabajo audiovisual, sin hacer, o basar mucho de lo que quiero exponer, referencias a otros trabajos audiovisuales, y casi nunca lo hago de manera despectiva, ni para la película que analizo, ni para la referencia, lo hago básicamente por dos motivos, al menos en estos días que nos refieren: la primera, no creo en expresión artística que nazca como concebida de manera omnipotente, todo arte se alimenta del arte, quien diga lo contrario, o tiene un acercamiento muy limitado al arte, o pone su atención a asuntos meramente banales. Y el segundo, es porque en estos últimos dos meses he visto muchas películas (en todas sus ramas generales: ficción, documental, cortometraje), y es muy difícil no llegar al punto en que unas conectan con otras, ya sea por linea de interpretación, tema, estética, etc.

En este sentido, me había propuesto la tarea de enlistar todas las películas que viera durante la cuarentena, para compartirla en el blog, con pequeñas notas sobre cada una, o al menos de las que yo considerara pertinente hacerlo, pero como aún no termina el confinamiento, y no quiero que el ejercicio a la hora de hacerlo, se haga muy extenso, y por consiguiente, difícil de leer; he decidido hacer este primer ejercicio comentando algunos de los mejores cortometrajes que he visto. El visionado total al día de hoy que he hecho de cortometrajes es de más de 30 títulos (debo confesar que el número real de los cortometrajes no lo llevo contabilizado con exactitud, ya que muchos de los cortometrajes que he visto no están registrados en IMDb), y sin lugar a dudas son más de una, en diferentes directrices, las razones que me hicieron escribir sobre ellos.



¿Existes? - David Rodriguez Estrada
Menciono en primer lugar este trabajo de David Rodríguez porque sin duda es uno de los mejores cortometrajes que he visto en este lapso de tiempo (sino es que el más, y por supuesto de mis favoritos de la Muestra de la Paloma Itinerante), y sin lugar a dudas uno de los mejores producidos por un duranguense desde siempre.

(El cortometraje está realizado en la ciudad de Los Ángeles, California en el año 2010)

La tesis del cortometraje es tan simple, y a la vez tan compleja y universal, que es imposible ser indiferente a ella. Se nos presentan los argumentos (o pensamientos, o ambas cosas) de seis personajes alrededor del mundo que giran en torno a lo que denota el placer que sentimos en el acto de la masturbación. El amor propio, el placer en si, el temor o cuestionamiento de un dios, la represión por un sistema político o religioso, o incluso por la sociedad sobre lo que está bien y está mal, o el amor y la manera en que lo percibimos, o reprimimos; son sólo algunas de las cuestiones que emanan de ver a estos seis seres que mediante una puesta nada púdica, y con un efecto de cámara que nos saca del momento "real" para atenuar el acto como algo que es íntimo, se nos revelan personajes tan reales como nosotros. La recreación de los escenarios y la atinada elección de David por hacer que sus personajes hablasen en un idioma distinto, dan un tono aún más universal al unificado discurso (y sin que este se sienta gratuitamente un material de mera inclusión, sino que se sienta realmente concebido honestamente así), y hacen en consecuencia, a este cortometraje un documento muy valioso, una oda y un canto al placer.


A Heroine - Diego Llaca Ojinaga
Cortometraje del año pasado producido, escrito, fotografiado y dirigido por este mexicano radicado en la ciudad de Nueva York que presenta la historia de una sobrina y un tío que se entrelazan con sutiles simbolismos.

Luego de que ella contesta el celular de su madre (por orden de esta) y escucha la voz desesperada de su tío, de quien no ha sabido nada en dos años, pidiendo ayuda por algo que no termina por entender (sabe que hay algo relacionado con un accidente, un médico y morfina), pero que sabe que su tío está vulnerable. Sale de su casa para conseguir algo que lo ayude, sin saber a ciencia cierta en qué, así que va con unos amigos, que la hacen dar con el paradero de una persona que al parecer ella desprecia, pero que sabe le puede dar algo que le ayude a su tío. Al final, sin ser consciente de ello, su sola presencia, cuando llega a casa de su tío, puede ser la cosa que este necesitaba: un punto de compasión y apoyo en la persona de este, la heroina que ella buscaba, y él necesitaba, resulta ser ella.

Una propuesta completa, corta y efectiva, cuya técnica es correcta e impecable, y que gracias a la plataforma en linea del Festival Internacional de Cine de Morelia, hemos podido disfrutar.


Úsame - Fernanda Simental
Fernanda Simental quizá sea una de las pioneras de la nueva ola de directores nóveles duranguenses de los últimos veinte años, este trabajo sirve como ejemplo no sólo de lo diestra que es para concebir buenas historias, sino para atender de manera precisa una de las grandes normas en el mundo del arte: el fondo siempre será más importante que la forma.

En este trabajo del año 2014, y de 8 minutos y medio de duración; se nos narra, con un lenguaje efectivo, con una puesta de cámara correcta, y tres personajes distintos, definidos, y muy diferentes entre si, las consecuencias de creer que los roles de poder ya están dictados por el orden social o natural, vemos a un indigente gritando su suerte al macho desgraciado (una especie de antagónico detestable, y magistralmente interpretado por el actor que lo encarna) y detectando la maldad en la que parecía era la víctima en esta historia.

Son muy evidentes las deficiencias que el trabajo de Fernanda tiene en cuanto a las formas: calidad de la imagen, iluminación, sonido, pero a pesar de ellas, o dando la vuelta a estas, vemos como Fernanda logra sacar el mejor provecho a estas y hacer que la historia funcione, y el espectador conecte con ella.

Esta clase de trabajos son la muestra fehaciente de que el que sabe contar historias, las cuenta contra viento y marea.


Jaanpäät (hasta pronto) - Luz María Cardenal
Quizá con el sólo hecho de comentar que la valía de este cortometraje radica en el hecho de saber que realizadores indigenas de nuestro país están produciendo no sólo cine porque si, sino que comparten sus historias, y demandan atención a ciertos temas que los citadinos vemos tan lejanos, pero que de igual manera nos atañen, y que lo hacen además a través de su propia lengua, y de manera muy excelsa, sería suficiente, pero no es así, el cine creado por realizadores como Luz María Cardenal, Ángeles Cruz, Luna Marán, y demás realizadores, va mucho más allá de ser esto, o quizá siendo eso, se vuelve muy general su mensaje: retratando lo propio, lo que importa para el realizador, su discurso se vuelve universal.

Algo así podría resumirse que es este trabajo de Luz María, un cortometraje que con una historia pequeña, sencilla, sobre un padre que no quiere que su hija se exponga a los peligros del exterior, y que se refleja en sus sueños con un jaguar, y el regreso de su madre que lo abandonó, este aprende a perdonar y suelta lo que no puede retener a la fuerza. Sólo el corazón sanado es capaz de escuchar la música del maravilloso futuro porvenir, cuando suelta el peso del pasado.


Cosas de niños - Iván Santillan
Quizá por mucho el cortometraje más entrañable de las producciones que he visto de los paisanos realizadores, que a pesar de la economía de recursos, y algunas pericias en su desarrollo y ejecución, logra transmitir fidedignamente el sentimiento y la tesis de su bella historia.

Luego de que Manuel se entera de que su amiga Carmelita se va del pueblo para irse a la ciudad de Guadalajara, este toma prestada la bicicleta de uno de sus amigos, sin importarle dejar el mandado de su mamá en la tienda, y toma a su "hijo" choco, para alcanzar a Carmelita a la central de autobuses y poder despedirse de ella, en el camino pasará por una serie de contratiempos que trompicarán sus deseos, pero una vez que logra llegar a tiempo, vemos el rostro de la esperanza por el reencuentro, enmascarar una mentira para no hacer sufrir a su mejor amiga, y volver a casa con una victoria que sabe a derrota, y encontrar en los brazos de su madre, el alivio al dolor de un niño que pierde sólo por el hecho de vivir y el curso natural de la vida.

No es secreto para nadie habitual en el blog que las historias de infancia me trastocan mucho, y la de los encuentros y promesas de encuentros hasta se podría decir que son una tendencia en mi esencia personal, pero además de conectarme por eso con la historia de Iván Santillan, lo que me gustó y llamó poderosamente la atención, es la gallardía y la valentía de Iván Santillan de poder contar esta historia, y a su vez involucrar y buscar apoyo en la misma gente de esta comunidad. Otra prueba fehaciente de que cine se puede hacer en todos lados, y contar historias sencillas, personales, reales, y lograr transmitir genuinamente lo que el realizador busca plasmar.


La frontera - Erika Oregel
Cortometraje de la realizadora Erika Oregel que yo podría decir va de menos a más. Cuenta una de esas tantas historias que bien podrían ser reales en nuestro país, en la que vemos el batir y el sufrimiento de una madre luego de que el mayor de sus niños, que es enviado a entregar ciertos paquetes que sacan él y su padre del lago en el que trabajan como pescadores, un día no regresa, ella desesperada por imaginar el destino de su hijo, toma a su hijo más pequeño para irse del lugar, pero es alcanzada y retenida por su esposo, al saber que si se va los buscarán y su destino no será muy distinto al de su hijo, además, dice su esposo, "ahí tienen trabajo", ahora, ella se sacrificará para en la medida de lo posible, pueda saber que fue de su hijo perdido, y poder proteger al más pequeño y no exponerlo al futuro incierto que le espera en ese lugar.

Mi reparo quizá con el trabajo de la realizadora es que algunos diálogos se sienten forzados, no se sienten reales, hay algo que a mi me parecería, pudo haberse hecho en el guion para todavía enriquecerlo más; pero por otro lado, la fotografía, la cual enriquece mucho a la historia por el punto de quiebre que propone a través de los encuadres empleados por el encargado de este departamento, y en el cual toma yo diría de manera perfecta a cada personaje, en sus respectivas escenas, que funge para matizar lo mejor de este trabajo: el desempeño de su actriz protagónica. Simplemente perfecta en su actuación.

Si algo nos han dejado desafortunadamente los gobiernos pasados de nuestro país, es una abundancia de historias como esta, pero afortunadamente muchos realizadores, que quizá desde una perspectiva muy cercana, o por el hecho propio del artista que intenta crear a través de las problemáticas sociales de su entorno, no dejan en el olvido estos hechos que unos se empeñan en enterrar.


Espasmos de la memoria - Jackelyn González
Quizá muchos piensen que por enlistarlo muy abajo sea de menor importancia que el resto de los mencionados, pero quizá deba confesar que, junto con el de David Rodriguez, este es uno de mis cortometrajes favoritos no sólo de los comentados acá, sino hablando generalmente.

El trabajo audiovisual de Jackelyn está dotado de una voz tan poderosa y dominante que basa en el recurso de la narración, la base de su discurso, y logra crear entre este y las ímagenes que vemos en pantalla, no siempre con una conexión "lógica" de lo narrado por Jackelyn, que no es más que una anécdota pareciera personal (y en consecuencia, honesta) un encuentro poético gracias al montaje, que uno no puede más que sucumbir y esperar el desenlace de este, pero sólo para al terminar esperar dos cosas: la primera, preguntarnos cómo es que la realizadora logró hacer lo que vimos, y segundo; cuando veremos algo más realizado por ella.

Mi único problema quizá sería el hecho que en la narración son evidente los cortes que hay, lo cual es un problema menor, e incluso hasta comprensible, y en cierto grado honesto, porque si los cortes entre toma y toma son notorios, ¿por qué los cortes en el audio no? Si estos son para darle mayor fluidez, vemos la parte real y la parte artificiosa que siempre debe tener el cine.

Sin temor a retractarme, utilizaré las mismas palabras que mi colega y compañero Andrei Maldonado utilizó para describirlo: "estamos ante una obra mayor". Una obra mayor en la que uno puede ver que el cine no está muerto, un cine que uno siempre buscará, como hacedor de cine, tratar de emular.


El retorno perpetuo - José Luis Cano y Melissa Delgadillo
Este trabajo no sólo viene a confirmar mi opinión con respecto a que José Luis Cano sin lugar a dudas será un agente importante en un futuro muy cercano para el cine realizado en Durango, y realizado por un duranguense (porque seguro con su talento, y muchas de las personas que integran su crew familiar, realizarán producciones más allá de lo que confiere el estado), sino que además muestra que tiene talento para crear historias en géneros distintos con una calidad y creatividad notable, y que puede trabajar compartiendo visión, algo que muy pocos realizadores pueden hacer.

El retorno perpetuo es un cortometraje a lo Groundhog day, en el que un joven tiene una sencilla tarea: dejar una bolsa de dinero enterrada para que su hermana sea liberada de lo que parece ser un rapto. El joven, que se ve tiene más problemas quizá que sólo el asunto de su hermana, entra al bosque con miedo, este se hace aún más presente cuando llega al anuncio que determina el retorno perpetuo, y a lo lejos ve a un hombre, el cual le pide agua, algo pasa entre estos dos y el joven sin perder más tiempo va y entierra la bolsa, pero cual es su sorpresa que cuando quiere regresar, regresa al anuncio que muestra su llegada al lugar, y vuelve a ver al mismo hombre que una y otra vez aparecerá, siempre pidiendo agua, pidiendo hasta que llega quizá la resignación en un llanto desgarrador, como quizá a este hombre que pide agua le llegó.

Cabe destacar que la historia escrita por José Luis Cano, es dotada de un horror involuntario que se disfraza de un suspenso admirable, logra además darle una originalidad al efecto looper que se ha intentado en este género muchas veces, pero de manera deficiente, este no es el caso. Otra cosa a destacar, y quizá la más importante, es la composición de la imagen en la secuencias que logra crear el director encargado del departamento de fotografía: Alejandro Subia. Él comenta que tanto la planeación con el director, las condiciones meteorológicas, y algo de trabajo complementario en la postproducción; hicieron que lograra crear esta subexposición que le viene tremenda al trabajo por demás limpio del joven profesional.

(Cabe destacar además, que el mismo Alejandro Subia es quien hace también la fotografía del trabajo de Jackelyn González)

La única cuestión con los trabajos de este género es que, a diferencia de otros géneros, a mi parecer se valen mucho de su musicalización, sus bandas sonoras juegan un papel por demás importante para la fluidez de su discurso y la atmósfera que el director quiere crear, sino nada más recordemos a El Exorcista, que sería de esta película sin la magistral banda sonora de Eugene Marks. Sin embargo, a pesar de lo antes mencionado, Cano y Delgadillo logran un trabajo excelso que a pesar de mínimos detalles a cuestionar, logran hacer que esta sensación que experimenta el personaje, sea transmitida al espectador. Ahora mi duda es, como se la planteé al propio realizador: ¿Qué habría sido de este trabajo de haberlo musicalizado? Quizá estaríamos hablando de una obra aún mayor, pero sin duda alguna también es por demás plausible darle valor a los riesgos y las decisiones que los realizadores toman en torno a sus obras, y que las respeten tal y como fueron concebidas.


Expreso - Eric Eduarte Villa
El gran merito, o lo valioso del trabajo de Eric por todo lo que yo pueda opinar de su excelente trabajo en este cortometraje, es la forma en que en el mismo relato, parte su estructura y logra crear dos trabajos ligados en si. La primera parte, dos personajes en apariencia, muy distintos, y alejados tan de si, a pesar de lo que la cercanía o cotidianeidad pareciera mostrar, al final uno de ellos se da cuenta que, la presencia de ese indigente que siempre carga su valija y su muñequito y que parece siempre estar buscando algo, además de qué comer, no le incomodaba tanto. Ya en la segunda parte se nos revela, a través de una carta (leída por Jackelyn González, por si existía alguna duda de la potente y expresiva voz que tiene esta chica) lo que este hombre buscaba en realidad, y porque buscaba llegar, tan desesperadamente, a pesar de su estado, a la estación de tren, o al menos a lo que esta era en el pasado.

No puedo comentar mucho más que el hecho de decir que salvo una toma que sale quemada (y que no influye, ni arruina para nada el argumento), para mi este cortometraje es perfecto, y que sin duda ha merecido toda distinción y proyección que se le ha dado tanto en nuestro país (Rally 48 en Corto) como fuera (Little México Film Festival Chicago).


Amarrados - Amat Escalante
Este cortometraje del laureado y reconocido cineasta (uno de los más [sino es que el más] en nuestro país en los últimos años, por encima de su maestro Carlos Reygadas) realizó este cortometraje allá en el lejano 2002, y desde entonces ya se notaban muchas de las preocupaciones que después expondría de manera aún más lograda en sus largometrajes.

Crea un relato libre de convenciones narrativas, fusionando realismo con surrealismo, la historia de un niño de la calle adicto al chemo por no tener que comer, y que es abatido sexualmente por una mujer de mayores privilegios, el desenlace, no es otro que el de la dura realidad.

Metafóricamente todo lo que vemos tiene un fuerte punzante en el colectivo real, hay elementos y simbolismos que podrían estar hablando de más de una cosa, pero todo apuntala a lo mismo, la diferencia que hay entre los sectores pudientes y los vulnerables en nuestro país, y que muchas veces no tienen que ver con "blanco y negro", o "el que le echa más ganas y el vago", la coyuntura en nuestro país señala a responsables claros ya desde hace muchas décadas, y las malas prácticas de unos, las terminan pagando siempre otros.

Un trabajo más que extraordinario de un director que desde entonces, se le veía un futuro que hoy día tiene más que merecido.